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que quien pudiera vivir dos mil años y no disfrutar de la vida. Pero al fin de cuentas, ¡todos terminaremos en el mismo lugar!

Todo el tiempo trabajamos para calmar el hambre, pero nuestro estómago nunca queda satisfecho. Al fin de cuentas, el sabio no es mejor que el tonto. Lo que el pobre necesita es superar sus problemas.

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